viernes, 3 de mayo de 2013

Madres de alquiler

Una madre de alquiler es una mujer que, previo acuerdo con la pareja o persona interesada, accede a quedar embarazada y dar a luz para, posteriormente, ceder la custodia a otros para que lo críen como hijo propio. A este proceso también se le hace referencia por las expresiones <<vientre de alquiler>> o <<maternidad subrogada>>.

Se puede llegar al embarazo usando este método de tres formas:

-Vientre de alquiler completo: La madre de alquiler es también la que provee los óvulos, que serán fecundados por medio de inseminación artificial con el semen de la pareja que la “contrate”. Este procedimiento no suele recomendarse pues convierte a la madre de alquiler en la madre biológica al haber usado su propio óvulo. La mayoría de las mujeres que se ofrecen como madres sustitutas prefieren evitar este vínculo.

-Vientre de alquiler gestacional empleando óvulos de la futura madre: Por medio de una fecundación in vitro los embriones son colocados en el útero de la madre sustituta, de modo que el hijo resultante tendrá los genes de la pareja.

-Vientre de alquiler gestacional empleando óvulos de donante y esperma de la pareja: de este modo el bebé estará relacionado biológicamente con el padre y, si la mujer no puede producir óvulos, se evita que comparta genes con la madre de alquiler usando un óvulo donado por terceros.

Generalmente recurren a este proceso mujeres que no pueden concebir por problemas en el útero (o falta de él, como puede suceder por el cáncer). Sin embargo, también hay casos de parejas homosexuales, mujeres para las que el embarazo supondría un riesgo o gente que, sencillamente, quiere ahorrarse las molestias del parto.

En la mayoría de los casos a este proceso se accede por medio de empresas -pocas son las veces en las que la madre de alquiler colabore de forma altruista. Por regla general, las partes implicadas llegan a un acuerdo en internet, donde media una agencia que se encarga de todo: encontrar la candidata ideal para llevar a tu hijo durante el embarazo, hacer los exámenes médicos necesarios, hacer un seguimiento del embarazo e incluso preparar el certificado con el nombre de los padres para el parto. Es un negocio multimillonario, rondando el precio medio en EEUU los 40.000€.

Pero esta práctica no es legal en muchos países debido a las complicaciones legales que acarrea: determinar la maternidad y la paternidad, arrepentimiento o indisposición de los clientes cuando la gestación ya ha comenzado, que el niño tenga malformaciones, o incluso exigir a la madre de alquiler que aborte.

Pero, conociendo los posibles inconvenientes, ¿por qué querría la gente recurrir a este sistema? Hay personas para las que es especialmente importante tener un vínculo biológico con su hijo, razón por la que la adopción queda descartada. Optando por un vientre de alquiler, al menos puedes aportar tu óvulo o esperma.

Las desventajas superan en número a las ventajas: El coste es altísimo, lo que no lo hace accesible para cualquiera. Además, la madre de alquiler y los “clientes” pueden entrar en conflicto a la hora de decidir cómo se quiere llevar el embarazo. Sin olvidar que hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de que la madre de alquiler se eche atrás y decida quedarse al bebé, en cuyo caso la ley la ampara.

De momento es España esto es ilegal, pero de aprobarse, ¿recurrirías a este método?